sábado, 7 de abril de 2012

De joven, Buda descubrió que dominar la alimentación consciente era esencial para el crecimiento espiritual. Había nacido en el seno de una familia real, y de niño siempre comía los alimentos más suculentos y deliciosos que la India podría ofrecer. Y engordó a causa de tantos festines. Asimismo descubrió, con el tiempo, que los placeres de los que disfrutaba en la corte no le aseguraban la felicidad ni lo protegían de la tristeza. De manera que cuando abandonó su vida real para ir en busca de la iluminción y una cura para sus sufrimientos, probó el ayuno. Pero la escasez en el consumo de alimentos lo debilitó, enfermó, perdió concentración y desde luego no lo aproximó a la solución del enigma del sufrimiento. ¿Qué aprendió Buda de sus días de ayuno y hambruna? Pues que tanto demasiado alimentos como demasiado poco eran perjudiciales para la salud y el bienestar. El control, el equilibrio y la comprensión de las necesidades únicas de tu cuerpo son esenciales para gozar de una vida sana y feliz. Mindfulness y alimentación. Susan Albers.